Este mes de marzo, como parece ser que viene siendo la tónica general últimamente, ha sido bastante lluvioso (y sobre todo ventoso), lo que ha limitado bastante las salidas del grupo.
Empezamos con el fin de semana del 10 y 11 con poco movimiento: solo Pep y Víctor (y yo que me añadí solo para el tripeo) hacen una salida por los alrededores de Montroig.
El domingo, la mayoría del grupo deciden irse a estrenar la nueva "flaca" de los Ferrans. Víctor salió solo con la "gorda".
El día 17, reaparece David tras una buena temporada sin dar señales de vida. Aunque no se yo si el almuerzo en el Martí no le salió un poco caro después de una caída tonta que le cascó la pantalla del móvil. Ya el domingo, Salimos un buen grupo en dirección a Duesaigues, donde Pep y yo dejamos al resto que subieron a Porrera. Nosotros dos, subimos el camino rosa del castillo y luego, probamos un sendero que lesionó a mi pobre cuñado. Está claro que ya no estamos para ir haciendo pruebas...
El domingo 25, solo nos reunimos tres. Paisajista salida por el Mas del Borbó, Coll de la batalla y Ermita del Mas Anguera. Luego rapidísima bajada hacia Vilaplana, parada en el Pi del Francisco para la foto reglamentaria y para acabar la mañana un café en la piscina de l'Aleixar.
El Viernes Santo, Pep y yo tenemos compromisos con la familia así que causamos baja (la del Nen además es obvia). El resto, suben a Castelló. Al ver las fotografías, queda patente que no poseen la tecnología Pinza-En-Manillar, por lo que estas muestran "huecos" (he intentado "llenarlos" pero el "pingüino" amarillo que va cambiando de sitio, sigue viéndose un poco falso).
Y para acabar con este Marzo, llegamos al sábado 31. Tras ser "traicionado" por Víctor con el que había quedado para almorzar, me añado al grupo de Pere Prim, que van a hacer una ruta por los bosques de Tarragona, con almuerzo en Els Pallaresos. En principio mi idea es acompañarlos como máximo hasta Tarragona y volverme por Constantí. Pero como Pere ha tenido problemas con el track que llevaba cargado, al final les he acompañado todo el camino, haciendo tareas de sherpa ayudante.
Buen almuerzo, por cierto, aunque la vuelta a casa, sobre todo a partir del Francolí, ha sido todo un poema debido al viento huracanado que ha soplado sin parar.
