¡Por fin, (a la tercera va la vencida) pudimos volver a la longaniza, la morcilla y la panceta! Y es que después de dos intentos nulos (ni la Selva ni Alforja pudieron ser) por fin una Festa de l'Oli con éxito.
En este caso, fue la Fiesta de Almoster que desgraciadamente no tuvo mucha asistencia por motivos variados (muy variados... ). En cualquier caso, Jordi y yo nos propusimos sudar un poco la panceta (nunca mejor dicho) antes de desayunar y nos marcamos una buena ruta por Castellvell, subida hasta el Picarany y el Mas del Víctor, y Camí de les Aixetones hasta en el pueblo. Además, con la suerte de que la familia también subió y, como los señores, sólo tuvimos que poner el hambre, pues estaba todo hecho. Y como ya sabéis, con pasteles, galletas, chocolate y café. ¿Qué más queremos?
Un poco de vuelta para digerir bajando por el camino de Vilaseca y después giro hacia el camino del Burgar hasta el cementerio de Reus, Riudoms y, antes de las 12.30, ya estábamos tomando la cervecita en la finca de Juan. ¡Lo que viene a ser un domingo redondo, chavales!
La mañana empezó con bastante frio y algo de viento, por lo que decidí ir hacia la zona de Vilaseca y Reus.
La primera parte de la ruta, hasta que llegué más o menos a la altura del cementerio de Reus, bastante bien. Pero a partir de ahí, el viento se volvió insoportable, por lo que después de bregar con el hasta Riudoms, me acerqué a ver a Juan y a picar algo.
Reiniciada la marcha, dirección Vinyols y Parc Samá, la cosa fue a peor: el tramo desde el Mas de l'Albert Blanc hasta el Parc Samá me tocó hacerlo por carretera (el caminito que había por la finca del Parque ha desaparecido porque han pasado la fresa y lo han labrado todo) y no veáis como entraba el p... viento por la derecha...
Mal que bien, llegue a Montroig y ya a partir de ahí, riera abajo con el viento empujando, i finalmente el camino paralelo a la vía del tren hasta Cambrils. La verdad es que aunque hice pocos metros de ascensión, lo bregar con el aire compensó bastante.
Jueves de pausa en las rutazas que últimamente nos estamos pegando Manolo y yo. Y es que con el Nen de baja por reforma (se está reformando él mismo 😁), quedamos con él para almorzar en el Maño, que hacia tiempo que no íbamos. Y como podéis ver en la foto, por lo menos yo, cumplí la tradición y me metí un clásico entre pecho y espalda. Habrá que ir más, antes que nos quedemos sin él...
Desde que Pere me dijo que el camino desde el Coll de Cortiella hasta el Mas del Botó tenia un tramo bloqueado con una cadena, que quería ir a investigar alguna alternativa, pues es una de las rutas para ir a Porrera que no utiliza carretera.
La ocasión se presentó cuando vi en Strava una ruta de Jaume Pinyol y decidí probar. Y la verdad es que la ruta es una pasada: a partir del tramo que cerraron (está realmente bloqueado con un talud de tierra) han abierto una vía que antes era un sendero y lo han convertido en camino que, aunque sigue siendo empinadísimo, es ancho y fácil de bajar. Todo un descubrimiento.
A partir del Mas del Botó, la bajada hasta Porrera por el tramo del cual luego repetimos de vuelta hacia el Collet dels Feixos.
Una vez en los molinos, elegimos bajar por Les Irles en vez de por la Teixeta, pues era ya un poco tarde. De todas formas, sobre la una y media, estábamos en casa, lo cual no esta mal para los 70 km y mas de 1100 m. de desnivel.