Una vez descartada la Festa de l'Oli de Alforja (😭) y de saber que Anartz no vendría, pasamos una víspera de suspense, porque aunque tanto Ruben como Jaume aparentemente si venían, al final, a última hora del sábado, ambos posteaban en el grupo que "si no estaban a las 8, que no esperáramos". La verdad es que a primera hora de la mañana, Ruben ya confirmaba que sí venía, pero de Jaume, nada. Qué paliza le ha dado a la cama...
En cualquier caso, finalmente el que sí se apuntó fue Oriol, por lo que chino-chano pusimos dirección Riudecanyes con la intención de hacer el camino del Trenet de Vilamanya. Pero ya sabéis que las cosas se sabe cómo empiezan, pero no cómo acaban... Nada más empezar la parte dura del Trenet, y como el camino del Mas del Pandot estaba libre, se me ocurrió subir hasta la carretera del Castell . Y aunque el camino está bastante arreglado, ¡no vea cómo me silbaron las orejas!
Una vez en la carretera y ya a la vista del Castillo, como no podía ser de otra manera, acabamos haciendo un "poyaque" (po ya questamos aquí...) y hasta arriba. Por cierto que la vista, con el día tan claro que hacía, espectacular tal y como puede ver en las fotos.
Una bajada rápida por el camino de Vilanova y hacia Montbrió y la riera, donde nos hemos despedido hasta la próxima semana.
La verdad, muchas ganas de pedalear, después de las dos rutazas del martes y del jueves, no había.
Así que, tras rodar un rato por la zona de Montroig y Vilanova, se me ocurrió hacer una visita a los del campo. Mala suerte porque llegué a misas dichas y se almorzó poco 😁. De todas formas, un cortadito sí que hubo y pronto en casa.
Tras los casi 70 km del martes, tenia ganas de rodar un poco por la zona de bosque de Tarragona, así que, con Manolo que al final pudo venir, nos dimos una vuelta nada desdeñable (otra vez casi 70) hasta Cocons, pasando por Pont del Diable. La vuelta, por el Mas del Sorder, el de la bonita cúpula de cerámica, Monars y Camí de la Budellera hasta Tarragona, por el puerto y el Serrallo. Y la verdad que un buen ritmo, pues a eso de las 12:45 estabamos en casa.
Aunque parece que ya empieza a hacer fresco, la verdad es que la combinación de sol, día claro y la facilidad del pedaleo con "burra" eléctrica, te da alas (que decía el anuncio aquel).
Así que, tras completar la subida a Puigcerver por le directo de Riudecols (la miranda no apetecía, pues soplaba un aire bastante molesto), y una bajada hasta el Coll de Alforja, Alforja y Aleixar, todavia me quedaban ganas (y suficiente batería), por lo que completé la jornada subiendo hasta el Mas del Borbó y bajada por Picarany y Castellvell.
Para ser sincero, lo de pedalear con asistencia es tan gratificante en cuanto a esfuerzo que, si me hubiera quedado tiempo, todavía hubiera alargado 15 o 20 km mas...