Después de la Festa de l'Oli en Riudoms, ahora tocaba la de la Selva (la del aceite Antara) que hasta la fecha era una de las más remarcables del calendario.
La cosa empezó con la baja de Jaume que, por malentendidos de última hora, se quedó sin freno de delante. Además, aunque Anartz ya había dicho que se iba solo (no quería venir al desayuno), otro malentendido acabó por añadirlo al resto de pancetas glotones.
En resumidas cuentas que, una vez llegados al inicio del Picarany, y cuando ya íbamos a enfilar directos hacia Almoster y La Selva, nos llamaron y soltaron el jarrón de agua fría: la organización de la fiesta, en el molino nuevo, se ve que era un desastre, sin sitio para aparcar, sin mesas para acomodarse, con colas kilométricas para comprar el ticket y poquísimos puntos con brasas... Total, que acabamos desayunando en el casal de Almoster y tan a gusto. Lástima de Festa...
Sábado con José Luis y una ruta donde se notó la paliza de las aceitunas, pues todo el trayecto entre Riudecols y Les Costetes sufrí lo indecible con el dolor de piernas.
Pero como no todo iba a ser malo, al final vino la recompensa con el tremendo desayuno en el bar de la Urb. Portugal y la bajada tranquila para casa.
Con la misión prioritaria de mostrarle a Jordi las bondades de un buen almuerzo en el Maño, dimos una vuelta por la zona de Vilanova con subida hasta la cantera y Les Olles (y es que algo había que que quemar antes de comer).
Y por supuesto, un "clásico" que nos comimos. Y además con espectáculo , pues hubo una discusión entre el Maño y un repartidor de butano por un quítame allá esas bombonas. La verdad es que, tanto Pep como yo, coincidimos en que jamás habíamos visto a Rafa tan enfadado...
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