El día 3, celebramos el almuerzo de club con muy buena participación y con un día bastante bochornoso debido a las cuatro gotas que caen al iniciar la marcha.
Toca (está de moda!) subir por la riera hacia Botarell y el trozo de sendero al que parece que estamos abonados. Por cierto que el tramo de zarzas se cobró peaje y me dejo medio cuerpo lleno de arañazos.
Una vez en el pueblo, parece ser que la idea es subir hacia el Pas del Tord, pero como yo no estoy demasiado fino últimamente, solo los acompaño hasta el inicio de la ascensión donde, acompañado de Ángel que tampoco está por la labor, enfilamos hacia el Martí. Como siempre, buena tertulia (hora y media de almuerzo) y buenas vibraciones.
El viernes, como siempre, seminocturna con los que ya sabéis. A juzgar por las fotos que mandan, ya empiezo a dudar de si pedalean o se van directos al bar vestidos de ciclista
El sábado, aunque creí que solo saldríamos el Nen y yo, Víctor nos da la sorpresa y se apunta también, así que pequeña vuelta para ver si enderezados al Nen y al Maño que falta gente.
Y acabamos la quincena con dos salidas en domingo. El grueso del grupo se van a Porrera (se les añadieron unos cuantos vinyolencs), en un dia que de nuevo tiene altibajos en cuanto a lluvia y humedad. Menos mal que frío no hizo nada.
En cuanto a mi, como sigo en una forma pésima, declino la invitación y, acompañado de Víctor, no hacemos un Castillo por la cara de Vilanova, con bajada a Argentera y vuelta por el trenet (sin olvidar tremendo cervezón en Montroig).
