La semana pasó con uno temporales de viento que daban miedo... Viento y sol mayoritariamente. Pero, como no podía ser de otra manera, y para tocar lo que no suena, el día que tocaba la Festa de l'Oli de Alforja, empezó... Pues sí, lloviendo. Y eso que yo había ahorrado energías el sábado en una salida "de paseo"...
Después del aluvión mensajes al grupo, que si salimos, que si no, que si esperamos, finalmente, y con un cuarto de hora de retraso, acordábamos probar a dar una vuelta. Y a todo esto, ya habíamos tenido la primera baja, porque Oriol se borró (¡qué buena excusa dejar la bici en casa de papá...! 😂). Pero en el punto de encuentro de los de Cambrils, la primera sorpresa: la baja de Oriol se veía sustituida por Xavi.
Ya en el punto de reunión general, tiramos en dirección Montroig y, después de subir hasta Vilanova, Riudecanyes y una visita con foto para comprobar el nivel del pantano, comienza el juego del gato y la rata de vuelta a casa: subida por el camino del punto limpio haciendo rabiar a Jaume y completada la ruta bajando por la riera de Montbrió y Riera de Alforja, donde nos despedimos de Jaume y del Xavi.
PD: y que sepais que, el próximo día, alguien irá de cabeza al "Barranco de los Espantos (o, en su defecto, será extraviado por la montaña)... Palabra de sherpa
¡Por fin! Por fin le vimos el pelo a Jordi, que no había manera. Y con bici, que ya empezábamos a pensar que no la hubiera vendido o algo.
Ruta algo escasa, con inciso para el deporte favorito del Nen (atravesar "rios") y un almuerzo en las piscinas de Castellvell. Por cierto, almuerzo algo caro, la verdad.
Ya después de almorzar, y con el Nen con ganas de hacer mas km., hicimos un poco el ganso en la ermita de Santa Anna, y regreso por el Camí del Roquís. Por cierto, que se ve que no tenia ganas de tantos km, porque en el polígono de Reus, Pep y Jordi tiraron directamente para casa.
Manolo falló, cosa extraña en el. Y es que el hombre tenia asuntos ineludibles y el tiempo no le daba para salir. Así que, Pep y yo, mano a mano, nos marcamos una ruta subiendo a Les Irles, donde almorzamos y Pep emuló al ciclista del video del vado del rio (😁).
Tras un ascenso por la antigua nacional hasta la Teixeta, tomamos el GR hasta Els Colls del Vicari, donde pudimos comprobar que el pantano ya se ve desde lejos... Bueno, que se ve, y que no parece un charco.
Una vez en Argentera, paramos a tomar un cortado en la casa rural que han abierto junto a la iglesia y que, como se aprecia en las fotos, está en un marco de esos que se dicen "incomparables" i por último, un esfuerzo para completar la ruta por el Camí de Vilamanya. La verdad, un día estupendo y una ruta perfecta.
