Ha sido esta una semana movida, pues el tiempo, a partir del jueves empezó a revolverse y nos dio una de cal y otra de arena (desde días de calor y humedad, hasta tormentas que descargaron mares de lluvia).
El martes amaneció caluroso y sofocante, con mucha humedad. Tras una sorpresa (ascenso a Alforja pasando por el Serret del Cisa) y una pausa para el almuerzo en la ermita de Sant Antoni, se me ocurrió que, ya que estábamos allí, podríamos subir hasta la Creu del Formatge. Y así hicimos (sudando como pollos), para luego bajar hasta Riudecols y otra pausa en Montbrio para recuperar aliento con una cervecita fresca.
El jueves, entre la amenaza de lluvia y que Pep no estaba muy católico, no hubo salida (otra vez se aplaza la ruta hasta el Cocons y el almuerzo en Can Pallas...).
Y ya en fin de semana, sin Ramon y con José Luis, empezamos con la idea de parar a almorzar en el Martí, pero de nuevo el tiempo nos hizo cambiar de planes ya que justo entrando en Montbrió empezó a llover. Total que Pep sugirió que podríamos hacer un "Fernando Alonso" para sorpresa de José Luis y mía... Resulta que hacer un "Fernando Alonso" es, ante la duda, parar en "boxes". Dicho y hecho, paramos en "boxes" (almuerzo a las 9 de la mañana en el bar L'Arc), lo que nos permitió dejar pasar el chubasco y completar después una buena ruta por Botarell y su estación, Vilanova y Montroig.
El domingo a las ocho llovía, así hubo que esperar hasta casi las nueve (de acuerdo con los radares había un 50% de posibilidad de lluvia, según hacia donde se fuera).
Así pues, enfilé hacia les Borges por la riera y el Camí del Matxos, donde la cosa cambió radicalmente: viendo que empezaba un festival de truenos y que en el radar la tormenta avanzaba justo hacia mi posición, di media vuelta y gire a la izquierda hacia Riudoms. Todo en vano, pues la tormenta avanzó con una velocidad sorprendente y acabó atrapándome antes de poder llegar al pueblo.
Menos mal que en un mas, unas palmeras impresionantes en la entrada me cobijaron bastante bien hasta que por suerte salió un hombre del garaje de la casa y me ofreció refugiarme. Y es que aun quedan personas buenas en el mundo... hasta un café me ofrecieron!
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