Semana del 2 al 8 de Agosto

Martes 3.

Ramon no tenia pan para llevarse bocadillo de casa, así que nos convenció de que fuéramos a almorzar al bar. Tras una ruta por Rifàs y Les Olles, nos acercamos al Maño donde nos llevamos la gran sorpresa de que, tanto la terraza como el interior del bar estaban abarrotados (¡un martes!). Aunque había una mesa libre, decidimos cambiar, en previsión del tiempo que de buen seguro iban a tardar en servirnos, porque estaba sirviendo Rafa solo. Nos fuimos al Martí donde por cierto, y aunque no había casi nadie, también estuvimos bastante rato esperando a los cafés.

Jueves 5.

Pep vuelve al redil. Improvisamos una ruta no demasiado exigente para que pueda probar la rodilla, con subida al Collet del Mas del Cases por la cara de Riudecols y bajada por la de Botarell, para acabar almorzando en Riudecanyes. Parece ser que lo de la rodilla progresa adecuadamente y volveremos a contar con el grupo completo.

Sábado 7.

Fallan Ramon y Pep, así que solo salimos José Luis y yo. A las 8 en la fuente, y medio en serio medio en broma, comentamos que podríamos subir a Puigcerver... La verdad es que en principio no lo tomamos demasiado en serio pero, tras solucionar un pequeño ruido que tenia José Luis en la transmisión, nos fuimos animando y, primero Ermita de Sant Antoni ("po ya que estamos aquí, podríamos subir al menos hasta la Creu del Formatge..."), y después en la Creu, entre foto y foto ("po ya que estamos aquí, total la ermita esta a un par de km...."), acabamos por marcarnos un Puigcerver en toda regla, como dos campeones!!

Y además, antes de las 12 en casa, con cervecita en el bar El Portal incluida.

Domingo 8.

Aunque me acerqué a la fuente a las 8, sigue sin haber nadie, así que me volvió a tocar ir solo. Que le vamos a hacer. 

Tras la ruta dura del sábado, la primera idea era llanear un par de horas, pero se ve que el espíritu del "po ya que..." de ayer seguía vivo y al llegar a Vilanova, en vez de girar hacia Montroig, me lie la manta a la cabeza y cogí el camino del castillo. 

A media ascensión me topé con un señor, con una bici de los años 90 que tenia la cadena incrustada entre los piñones y el cuadro, así que le eche una mano (mas de un cuarto de hora nos costó arreglar el desaguisado), con lo que al llegar a la carretera del castillo, vi que era tarde para bajar por Duesaigues. Menos mal que el camino del Mas del Pandot es un gran comodín.