Volvemos los cuatro fundadores más Mónica, que parece que le ha cogido el gusto a la KTM. Bien, la verdad es que no cuesta cogerle el gusto, porque yo mismo, después de una semana de trabajar de manobra, también tiré de eléctrica.
La ruta bien, hasta que en plena bajada de los depósitos de Castellvell, hemos notado una peste a chamuscado como de radial puliendo hierro: el disco de freno trasero de la bici de Jordi que prácticamente se ha desintegrado... Como si el hubiesen pelado a capas!!!
En cualquier caso, chino-chano, hemos conseguido llegar a Castellvell, Riudoms y al desayuno sin más problemas...
Por cierto, ha quedado inaugurado la lista del "Puntos chupito". Y Jordi ya tiene dos o tres marcas...😁
Quisimos enseñarle a Jordi la ruta del Bosc de la Torre i Garrigots, por encima de Vilaplana, pero lo accidentado del sendero de bajada no acabó de gustarle demasiado.
De todas formas, tras parar a tomar un bocata en la Urb. Portugal y dar buena cuenta de un chorizo de jabalí que traía Jordi, parece que la cosa mejoró un poco. Bueno, no demasiado porque una vez iniciada la subida hacia la Feredad, en Aleixar, su bici le dio un susto, ya que aunque el controlador le indicaba marcha correcta, el motor no arrancaba (menudo sitio para quedarse sin motor!!!). O sea que toco dar la vuelta para abajo de nuevo. Y lo que son las cosas, una vez bajando, el maldito Shimano se puso a funcionar de nuevo...
Una ruta clásica y entretenida: subida a Vilaplana, Ermita de Mascabrers (donde comimos algo) y bajada por el camino de las viñas hasta el Coll de la Batalla. Y por cierto, esta vez no me tocó a mi caer, sino que fueron Manolo primero (en la subida nada mas arrancar), y Jordi después, ya casi saliendo a las viñas. No hubo que lamentar lesiones, solo raspaduras y el "que pasa, cada uno se baja de la bici como quiere..."
