Espléndido día para pedalear. Lástima que no hay forma de ver crecer el grupo. ¡Pero que le vamos a hacer! De hecho, el núcleo duro de Pancetas parece tener buena salud, de momento, mantiene la bandera bien alta.
Vamos al lio: a las ocho y media nos encontramos en el Casalot y vemos que Juan no vendrá porque tiene trabajo (Anartz ya había avisado y Oriol sigue de luna de miel). Y como tanto Jordi como yo debemos estar pronto en casa, decidimos hacer una ruta cortita y no demasiado exigente (yo llevaba 4 salidas acumuladas en la misma semana).
En resumen, una vuelta por la zona de Les Borges y Les Voltes y después hacia Riudecanyes por Botarell, lo que nos permitió estar en casa antes de las 12. Como siempre, buena salida y, por cierto, la primera con todo el grupo vestido con uniforme oficial.
Tras la paliza del jueves, y teniendo en cuenta que el viernes llegó el recambio de la eléctrica, no me lo pensé dos veces y saqué a pasear la Wild.
Salida extra que contó, además de los habituales y Eric, con Ángel y José Luis y que nos llevó por la zona de Riudecols y Coll de Banys hasta el almuerzo en el bar de la urbanización Portugal. Comentar que además de que llegamos un poco tarde, la gran afluencia de gente (sobre todo ciclistas) demoró mucho la parada y nos obligo a bajar disparados (y con alguno a la espera de la bronca por parte de la parienta...)
Como se veía venir, el cumulo de circunstancias desfavorables (lesión, no poder coger la bici eléctrica y acumulación de kilómetros), acabo por pasarme factura y las pasé putas la mayor parte de la salida. De hecho, el tramo entre Aleixar y Vilaplana, sobre todo después de pasar el Pi de les Planes, se me hizo verdaderamente cuesta arriba (nunca mejor dicho).
Tras una pausa ventosa en Vilaplana i de olvidar los guantes en el pueblo (menos mal que me di cuenta cunado todavía estábamos a poco mas de 1 km.) la casa mejoró algo. Eso sí, si no llega a ir Manolo a buscar los malditos guantes y hubiera tenido que volver yo, os aseguro que ya estaría estrenando unos nuevos...
Para dejar claro lo mal que lo pasé acabo comentando que, mientras los otros se iban a hacer el Fil de...., yo me baje directo a esperarlo a la Riera del Salt.
Día de fiesta y salida extra a la que sólo nos apuntamos los tres "duracell". Y lo cierto es que por primera vez esta temporada, todos de corto. ¡El buen tiempo ya está aquí!
Una vez en el punto de encuentro, rápida deliberación (y más rápida decisión) respecto a dónde desayunar. Ganó la opción de ir a Almoster, donde había quedado el resto de la tribu (en la foto puede ver que ocupamos media terraza del bar...).
Rápido regreso con algún susto y pronto en casa. Buena salida, como siempre.
Con Eric empotrado en el grupo (como si no se hubiera ido) damos una vuelta con la excusa que ya adivinareis. Efectivamente, ir a almorzar al Maño. Y es que la cuenta atrás para el cierre que esta "catedral" de los almuerzos ciclistas, que nos ha acompañado a lo largo de tantos años, y donde hemos pasado tan buenos ratos, hacia necesaria esta visita. De hecho, suerte ha tenido Eric de hacer esta escapada porque, si las cosas no cambian mucho, parece ser que Rafa cerrará puertas para finales de Mayo.
En cualquier caso, "monsieur Yo me adapto..." cumplió con la tradición y se clavó un buen plato de callos, con su "vino y gaseosa como pa' una boda" y el imprescindible "café amellioré" que tanto dio que hablar en otras circunstancias.
Y, en fin, que mas decir... que les vaya muy bien a Rafa y a Águeda en la nueva etapa, con nuestro agradecimiento por todos estos años.
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