Esta vez sí que sí! A las 7,25 ya tenía a Jaume en Las Cadenas como un clavo para iniciar (otra vez) una jornada de sol, calor, polvo y moscas.
Una vez todos reunidos, y con una evidente desgana para subir montañas, subimos chino-chano en dirección Riudoms, con la intención de llegar a La Selva y poco más. Y la verdad es que al final nos hemos ido animando y hemos terminado por completar una ruta plana, pero con una buena distancia y un buen acumulado de altura. Incluso nos ha dado tiempo de detenernos a comer higos de una higuera que Jaume no tenía controlada, tomar una cerveza en el bar de los chinos de Vilaseca y volver a buen ritmo hasta casi llegar a Cambrils, donde nos hemos despedido de Jaume. Eso sí, se ha ido sin saber dónde estaba la higuera "Final Boss" de los higos maduros!!!!
Salida extra de los Pancetas en la que finalmente no contamos con Jaume. Y es que, aunque su intención hubiera sido venir, la carne es débil y ya sabemos que cuando se lía, pues se lía pero bien. Total, que obviamente, no se levantó, o sea que Jordi, Monica y yo dimos una vuelta por la zona de Vilanova, Riudecanyes y Les Borges y una cervecita en el campo.
Solo con manolo, decidimos acercarnos hasta la Masía de Castelló, eso si recortando la vuelta por Masdenboquera y Masriudoms. La subida desde la carretera de Mora fué infernal, debido a la humedad que hacia. Y luego, en el valle de la Barrancada, y aunque pueda parecer extraño, pasamos frio! No llevábamos termómetro pero yo diría que la temperatura en el fondo del barranco era de por lo menos 5 o 6 grados menos.
Una vez en Castelló, cómodamente sentados en el banco del lavadero, comimos algo y estuvimos hablando con el dueño de los patos del corral de al lado... Simpático paisano, la verdad.
La vuelta (ruta que hacia al menos 7 u 8 años que no hacia) muy bien, incluso el sendero hasta Masdenboquera. Y es que hay que reconocer que conducir la Wild es otra cosa.
Circunstancias varias volvieron a dejarme solo. Y con tanta salida, la verdad es que a veces no sabe uno para donde tirar. Tras unos kilómetros de indecisión, me vino a la cabeza que hacia tiempo que no subía a Albiol, así que ni corto ni perezoso, puse rumbo hacia Vilaplana.
Tras llegar a la carretera de la Mussara y adelantar a varios ciclistas de carretera (y hay que ver las miradas asesinas que observé 😁) en un abrir y cerrar de ojos, me planté en la fuente del pueblo...
Descenso diferente al habitual, ya que bajé por el camino que da a la carretera de la Selva al Coll de la Batalla y antes de las 12 en casa. Sin esperarlo, muy buena salida.
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