Ruta exigente, por el calor, hasta el aparcamiento del castillo de Escornalbou, subiendo por el Camino de Vilamanya y posterior bajada a la Argentera y Riudecanyes. Mucho cachondeo por parte de Jaume hacia Xavi, al que tachó toda la mañana de "gravelero"... Y es que incluso el Garmin de Xavi corroboró la broma, porque al finalizar salida, el resumen le salió con la marca "mayoritariamente caminos asfaltados...". Eso sí, tremendo el "zasca" de Xavi hacia Jaume, cuando le dijo "para ya esa música electrónica esta que llevas, que con el ruido de la bici ya tendrías suficiente..."
En fin, que como siempre, no nos aburrimos...
Salida en solitario (y un poco de circunstancias) aunque finalmente salieron un porrón de kilómetros, para lo que me había propuesto en un principio. Y es que la verdad es que cuando vas solo, te vas animando y pasa lo que pasa.
Se nos ocurrió que podríamos ir a almorzar a Pratdip, por probar un sitio nuevo y, todo y levantarnos media hora antes, la ruta se convirtió en mas de 5 horas sobre la bici.
La verdad es que, para el tipo de local, no se yo si vale la pena hacer ese recorrido, pues encima remoloneamos demasiado rato y asi nos cundió despues.
Jornada de transición con Manolo y yo solos que, de buena mañana, no sabíamos para donde tirar.
Al final, ruta por Els Comuns de Montroig, Vilanova, Riudecanyes y Botarell, con parada en el Peiró para un bocado y un calor de los que te dejan seco.