Semana pobre desde el punto de vista de las actividades ya que, aparte de la salida de la panda de los comilones el jueves, ya no hubo nada hasta el domingo. Y eso que el sábado se desperdició un buen día por exceso de prudencia. Y digo que se desperdició porque aunque el Nen y yo teníamos compromiso familiar, Ramon y Víctor que sí podían, no lo vieron claro (el viernes estuvo lloviendo casi todo el día) y se quedaron en casa, solo para comprobar que después quedó una mañana estupenda.
El domingo ponemos falta a Ferran por motivos familiares y con un viento del demonio soplando de cara, nos dirigimos a la zona de Reus, Castellvell y Almoster, donde yo abandono (debo estar pronto en Cambrils).
El resto, se atreven con la subida al Coll de Sant Joan, invirtiendo la ruta del pasado domingo y variando hacia el Mas de Borbó.
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