El jueves, Ramon disculpa asistencia, ya que tiene visita médica y el Nen y yo decidimos hacer una ruta tranquila, para relajar los doloridos músculos que nos dejó el Priorat. Ruta llana por Vilaseca, La plana, Riudoms, Montrió, Montroig... En fin, unos 60 km con desniveles poco exigentes. Curiosa la parada para el almuerzo, por lo poco usual, ya que fue en el Parc de Pinaret y, ya que estábamos, visita a Víctor que estaba trabajando duramente (hay que mantener a los jubilados!).
El sábado, salimos José Luis y yo, con una temperatura bastante fría y con un fuerte viento que intensificaba la sensación.
Como viene siendo habitual, una ruta típica de confinamiento, con caracoleo sobre los límites permitidos y con almuerzo a los pies de la Ermita de la Roca.
Y fue ahí donde se complicó la cosa, pues tras rodear la ermita por la trialera que sale del arranque del camino de piedra, llegando a la carretera me doy cuenta que la rueda trasera pierde aire. Tras inflar y esperar a ver si se sella, finalmente tengo que desmontar y poner cámara (no quedaba prácticamente nada de líquido anti pinchazos)... A partir de ahí, menuda odisea: la cámara que llevaba yo, tenia la válvula mal y no inflaba. La que llevaba José Luis, aunque parecía que iba a solucionar el problema, también tenia un poro...Total, vuelta por la vía mas rápida y parada a inflar cada 10 minutos!! Menos mal que todo quedó en anécdota y pudimos volver sin más complicaciones... Las ventajas de salir en compañía.
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