Martes 7.
Aunque no era el día más adecuado, ya que amaneció nublado, con una humedad terrible y con una sensación de bochorno que hacia prever una sudorina, decidimos mantener la salida a Puigcerver que habíamos acordado.
Tras un almuerzo ligero en la ermita de Sant Pere en Alforja, enfilamos la subida por el camino de la Creu del Formatge a la que llegamos bañados en sudor (sobre todo yo). Pausa para la foto de rigor y último esfuerzo hasta la Ermita.
Como habíamos hablado durante el ascenso, continuamos por el GR7 con la intención de pasar por el Collet del Feixos i bajar por la carretera vieja y por el Coll Negre hasta Duesaigues, pero nos llevamos un chasco: el camino hasta el parque eólico estaba cerrado con vallas, parece ser que por obras, así que sin excusas que dar en el caso que nos llamaran la atención alegando que seguíamos el GR (el GR7 hasta la Teixeta se desvía por el interior del bosque y parece bastante poco ciclable), decidimos darnos la vuelta y bajar por el directo a Riudecols.
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