Martes 21.
Aunque a las 7 estaba claro que iba a llover, no pensé que fueran a ser mas que unas gotas y que escamparía a media mañana. Pero subiendo por la riera, el cielo no era era nada prometedor y, justo pasar el puente de la carretera del Parc Samá, empezaron a pasar las primeras gotas. "A ver si podemos llegar hasta Montbrió y nos refugiamos hasta ver como va la cosa", le dije a Manolo... Pero no hubo ocasión: en menos de cinco minutos pasamos de cuatro gotas al diluvio universal. A duras penas llegamos al cruce donde habíamos quedado con Pep y Ramon donde nos pusimos el chubasquero y para casa!!! (por cierto, que la cremallera del chubasquero no pudo elegir peor día para atascarse, lo que añadió unos minutos de empapamiento extra)
Sábado 25.
Sin salida de jueves (efectivamente, también llovió) llegamos al sábado con el grupo reducido a la mínima expresión, De hecho, se quedó en dúo, Pep y yo.
Buena ruta por la zona de Les Olles y excelente almuerzo en el Maño. Lástima de la espera pues, como siempre, estaba el bar a reventar.
Domingo 26.
El domingo, al pasar por la fuente, vi que el grupo de Pere Prim ya vuelve a salir a las 8, así que me uní para hacer algún tramo con ellos y no pasar toda la salida solo. Y digo solo un tramo porque tenían intención de subir al castillo y no estaba yo muy por la labor.
Pero una vez en Vilanova, como el ritmo no era excesivo, acabé animándome y les acompañé hasta arriba y luego carretera abajo para coger el Camí del Pandot y el del Trenet de Vilamanya hasta los lavaderos de Duesaigues. Allí ellos se fueron hacia Argentera y yo enfilé mi retirada hacia Riudecanyes.
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