Continuando con la cura de reposo de bici, el domingo tocó una caminata suave de 14 km hasta el campo, donde tuve la recompensa, como siempre, de un gratificante almuerzo a la sombra de las moreras.
Con el cambio de ruedas me refiero a que puse las ruedas lisas para intentar rodar durante unos días por zonas de asfalto y, a poder ser, sin pendiente ninguna, a ver si descargo las piernas para afrontar al belga que vendrá con ganas...
Una vuelta por Miami, Salou y Vilaseca, de algo mas de 50 km pero con menos de 200 m de desnivel. La verdad es que se nota una barbaridad (tanto el no subir, como el rodar con ruedas tan lisas y estrechitas)
Fijado el bar de Riudecanyes como objetivo de almuerzo, comenzamos (sin Pep que tenia visita médica) una ruta que nos llevaría al Mas del Cases por la cara de Riudecols y luego, bajada hasta la estación de Botarell. Como siempre, buen bocadillo y excelente sombra en la terraza-
Ramon decidió que le apetecía almorzar en el Mas del Garrut. Y para el Mas del Garrut que tiramos, subiendo por Els Cinc Camins y por los depósitos de Castellvell.
Tras la pausa del bocadillo, decidimos que, como era pronto, podríamos subir hasta la zona de Mascabrers. Así que hacia el Coll de la Batalla, un kilometro de bajada por la carretera hacia Vilaplana y desvío a la derecha por el camino hormigonado que llega hasta la ermita de la Inmaculada (por cierto que vaya rampas que tiene al final, el jodio...). En cualquier caso, coronamos sin mas problemas y, tras la rápida bajada hasta Vilaplana y Aleixar, nos despedimos en Riudoms poco antes de las 12.
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