Con un día rarísimo en el que hizo calor pero también tormentas y aguaceros importantes, nos reunimos los 4 de costumbre. Ya de buena mañana, anécdota, pues Jordi se ve que se puso un mallot con un agujero y arrancó casi enseñando la chorra hasta que se dio cuenta y volvió a cambiarse.
En cuanto a la ruta, tiramos hacia Montroig, a ver si nos daba tiempo de subir hasta la zona de la Carabassa, pero no... Antes de llegar al Peiró, empezó a llover fuerte, así que giramos hacia la zona de las autopistas, donde llovía con menos intensidad. Y la verdad es que nos salvamos de un chaparrón gracias a los puentes.
Vuelta a Cambrils por el camino lateral de la AP7 donde un rayo, seguido casi instantáneamente del trueno (tan cerca estaba!) no pegó un susto de campeonato. Sobre todo a Jaume, que a partir de ahí parecía que le habían puesto motor.
Decidimos que podríamos hacer un "Fernando Alonso" y dar una oportunidad al Maño. Pensamos que llegando a las 9, no íbamos a tener los problemas de la última vez. Y fracaso total. Todo y habiéndonos sentado a las 9 en punto, ya vimos que el interior del bar (y casi media terraza) estaban llenos y ahí vimos el error. Para colmo, no tenían judías para la guarnición y tomamos el cásico mas desangelado que nunca vimos en el Maño (justo el día queme había abstenido del huevo frito!).
En fin, que tras sellar definitivamente el veto al bar (por lo menos en fines de semana), completamos el escaso recorrido por Vilanova y Riudecanyes.
Almuerzo en las piscinas de Vilaplana y a continuación un buen ascenso hasta las ermitas de Mascabrers y la Inmaculada. Mención especial la bajada del camino hacia las viñas del Coll de la Batalla que, tras las ultimas lluvias, está peligrosísimo.
Tras subir al Mas del Borbó y Bajar Picarany abajo hasta Castellvell, acompañamos al Nen hasta Reus y Manolo y yo volvimos a casa por la parte de Aigüesverds.
Aunque antes de las 8,30 ya habia parado, a la hora de prepararse, llovía. Y claro, Pep no salió.
Manolo y yo, por si acaso, enfilamos hacia la zona donde menos nubes había, por el camino paralelo a la AP7 en dirección Hospitalet. Y la verdad es que en seguida el tiempo mejoró y salió un sol esplendido que ya nos acompañó toda la mañana.
Un poco de "decouverte", pues llevé a Manolo por el sendero de L'Aufinac (repeís emplazamiento de la foto que me hice el 8 de enero, pocos minutos antes de romperme el brazo) y después subimos a Les Olles y a Rifàs con vuelta a casa un tanto apresurada, pues olvidé que habíamos salido media hora mas tarde y tenia cosas que hacer. Menos mal que San Bosch hizo el trabajo...
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