Un domingo casi de primavera y tres generaciones de Pancetas en ruta. Ruta, por cierto, bastante entretenida. Bien, quizá a Gerard ha habido ratos que no le habrán parecido tan entretenidos si debemos hacer caso a los tacos que soltaba de vez en cuando. En cualquier caso, dado la dureza del camino (Riera hasta Riudecols, sendero de Les Irles y después carretera vieja hasta el Coll Negre), el chaval se ha llevado con un jabato. De hecho, al llegar al campo, ha arrasado con el beicon, el lomo curado... y todo lo que se le ha puesto por delante. Y algo está claro: el relevo generacional ya está aquí.
Ya habréis observado el lapsus temporal desde la última salida. Y es que este año parece que he pisado mierda (y fuerte), porque el miércoles tras la salida del 23, tuve que irme de nuevo al médico con todos los síntomas (¡ooootra vez!) de la puñetera gripe.
En fin, que mal que bien, todavía con una tos residual que se me ha quedado enganchada, por fin cogí la bici y nos fuimos con el Nen a darnos un homenaje al bar de la Urb. Portugal, en un día esplendido tanto de temperatura como de ilusión por la vuelta a la montaña. Que dure...
Tras mucho tiempo en cuadro, por fin reunimos un número significativo de ciclistas y le mostramos a Jordi una de nuestras rutas preferidas: la de las ermitas de Mascabrers i la Inmaculada. También volvimos a disfrutar del termo de cortado del Nen y lo pasmos genial en la bajada de Les Vinyes hasta el Coll de la Batalla.
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