Otra vez solo. Una vuelta suave por los Tres Puertos y alargando hasta Reus y Riudoms. Buena distancia, aunque un poco pobre de altitud. Y es que lo de salir tantas veces por semana, al final cansa.
Sábado 22 (ver ruta: Aleixar - Alforja - Costetes - Riudecols - Botarell)
Tras haberlo dejado el sábado anterior por el viento, quedamos con José Luis para una ruta de montaña. Como el Nen tiene actividades, al final solo salimos JL y yo, para completar una ruta bastante completa hasta Alforja por Urb. Portugal y después hasta Riudecols por Les Costetes., por donde nos encontramos a Manolo, por cierto. Dia un poco gris, con buena temperatura, aunque algo húmedo.
Equipo al completo con casi un unico objetivo: el bar!!!.
Subida hasta la carretera del castillo desde Vilanova, bajada rápida hasta Duesaigües y camino del pantano hasta Riudecanyes donde tomamos el tradicional bocata. Bueno, no! Porque el Nen cambió de menú y se pidió unos callos de los que, por cierto, estuvo toda la mañana diciendo maravillas.
De vuelta, un segundo esfuerzo con subida al Mas del Cases por el camino de Montclar (duro, duro) y la bajada hacia Botarell. Por cierto que, en el cruce de antes del paso a nivel, Pep y yo perdimos a Ramon y a Manolo y hubo que llamar a ver por donde andaban. De hecho yo, que iba tarde, tuve que dejarles y "volar" por la carretera hasta Montbrió y Camí Fondo directo a Cambrils. Como que me hice Botarell-Cambrils en media hora...
Pues resultó que en Reus amaneció lloviendo a cantaros. Y, lo que parecía que iba a ser cosa de una hora, se convirtió en chubascos casi continuos durante toda la mañana.
La cosa es que, aunque estuvimos un buen rato concretando en Whatsapp, Manolo no se miró el móvil y a las 8 en punto lo tenia esperando.
Total que como por Cambrils y alrededores no llovía, ni se preveía que lo hiciera inminentemente, arrancamos en dirección contraria a las nubes, paseo marítimo hacia el oeste. Y acertamos, porque tras subir hasta Vilanova, Riudecanyes, Mas del Cases y Les Borges, no cayó ni una gota.
Pero como Manolo tenía que ir a Reus, al mecánico, tiramos hacia Els Cinc Camins y bajamos a Reus por el camino del Pere Mata, hasta la boca de la Mina, donde nos separamos. Y ese fue el error, porque tota la lluvia que habíamos estado evitando, empezó a caer de golpe cuando llegaba a la avenida del campo del Reus Deportiu... Y menos mal que me pilló justo delante de la Volkswagen y que había allí una marquesina milagrosa que me salvó la vida.
Diez minutos con un diluvio en toda regla y, como si hubieran cerrado un grifo, la cosa paró de golpe. De hecho, un km. mas adelante, en la rotonda de la circunvalación, lucia un sol esplendido... Cosas de la primavera, supongo.
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