Amaneció lluviosa y, ya antes de reunir todo el grupo, ya hubo que ponerse el chubasquero. Menos mal que, una vez al completo, la cosa mejoró y pudimos pedalear prácticamente toda la mañana sin lluvia.
Tras algunas dudas (unos querían subir, otro para nada) decidimos ir hasta los miradores de Les Borges por la cara sur. Y menuda la cara sur. Sera porque hacia tiempo que no subía, pero el tramo final antes del merendero, me pareció verdaderamente terrorífico.
Ya en la trialera hacia La Feredat, una anécdota: en la zona donde hay el cortado a la derecha, toqué con el manillar en un árbol que me desequilibró. Y con tan mala fortuna que estuve a un pie salvador de bajar rodando hasta vete tu a saber donde... Solo decir que, durante dos o tres minutos interminables , me quedé completamente quieto en la misma posición en la que había salvado la caída, temblando como un flan.
Dia gris y, por lo que parece, un tímido inicio de la temporada de otoño. En principio, Anartz y sus Baconcillos no ha podido estar, pues empieza la temporada de deportes de los chicos, Pep con un constipado de aúpa y Oscar con actividades y, como no hay dos sin tres, Jaume nos avisó a primera hora que estaba fastidiado de la barriga y que no le esperáramos. Es el pupas este Jaume.
Así pues, Jordi, Gerard, Roger y yo (en un primer momento hubo dudas, ya que sobre las 7,30, tanto en Reus como en Cambrils, cayó un buen chaparrón) nos reunimos en el campo para completar una ruta en la que los Baconcillos se portaron como jabatos: subida hasta Aleixar por la Riera del Salt, continuación por el Pi de les Planes hasta Vilaplana y luego bajada de nuevo hasta Aleixar y Borges. Y, para ser sincero, esta vez lo pasó peor el padre que los hijos (y eso, sin duda, ira a más...)
De nuevo, la idea era estar en Cambrils pronto, así que una salida relajada con ascenso al Mas del Cases por la ruta de la estación de Botarell y después bajada hasta Riudecols . Un enlace hasta la riera de Les Voltes (que hacia tiempo que no hacíamos) y parada para el bocata en la ermita de La Riera de les Borges. Por cierto que en la cadena que cierra el pasa a la ermita, Manolo perdió pie y quedó atrapado como en un cepo (tal fue el encaje de pie izquierdo/pedal y cordón de zapato derecho/pedal). Menos mal que, aparte de la pintura un poco rayada, la cosa acabó sin lesión.
Como Manolo quería estar en casa pronto, dimos una vuelta hasta Aleixar y, tras una ascenso hasta el Mas del Borbó por el camino directo y bajada hacia el Picarany, nos desviamos hacia el Camí de les Aixetones, donde almorzamos.
La vuelta, rápida hacia el Aeropuerto y Vilaseca para estar en casa antes de las 11. Y como para mi era pronto todavía, completé con un tramo rodador hasta Montroig.
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