Dia de almuerzo y, con una buena perspectiva de temperatura, dijimos de ir a almorzar al bar de Almoster
Después de una buena ruta por Aleixar, ascenso al Mas del Borbó por el camino del Mas de Segimon y completando por Les Aixetones, llegamos al pueblo y nos llevamos un buen chasco: resulta que el bar estaba cerrado y además, segun nos dijo un trabajador de las obras que están haciendo en la plaza, se ve que cambiará de dueño... Que le vamos a hacer.
Como ya no era hora para ir mucho más lejos, bajamos hasta Castellvell, al bar de las piscinas donde la verdad es que no comimos nada mal y bien de precio. A ver si se mantiene porque hemos conocido ua tantos altibajos en ese bar...
La vuelta, Por la riera del Salt y Riudoms y donde nos despedimos de Pep. Por cierto, olvidaba decir que Jordi debía incorporase, pero de buena mañana se borró... (cobalde!!!)
Con un poco de retraso, llegó por fin el día de hacer la salida extra anual: Santes Creus. Retraso básicamente por el tiempo, ya que las últimas lluvias nos hizo perder casi 15 días. Y claro, la primera consecuencia del retraso fue que, como había que salir a las 7; nos tocó hacer casi tres cuartos de hora de noche.
Antes de llegar al Francolí, recogimos a Ramon Yuste y enfilamos camino en dirección Cementerio de Tarragona para completar el primer tramo antes del almuerzo: Els Hostalets, l'Argilaga, Renau, Vilabella, Bràfim, Vilarodona, Aigüamurcia i finalmente el Monasterio al que llegábamos sobre las 11,30, y con unas ganas locas del bocata y la cerveza.
Tras un buen almuerzo el el bar de la camarera simpática, unas fotos en la plaza del Monasterio y primera sorpresa desagradable (aunque en ese momento no me di cuenta): haciendo una foto con trípode, el teléfono cayó y se rompió la pantalla!
La vuelta a casa, aunque sobre el papel es mas sencilla, se complicó un poco por culpa del barro. Y es que, aunque en la ida no encontramos demasiado, el retorno fue otro cantar y hubo tramos un poco complicados que nos dejaron unas bicis mas pesadas que las que empezaron, de la cantidad de barro que se nos pegó. De hecho, en el paso de la riera de Puigpelat, había tal charco que nos hizo perder el camino
Una vez en Pasado Vallmoll, ya no hubo mas problemas y en Constantí, para evitar pasar por la colina de detrás de Les Gavarres, que seguro que estaba llena de barro, Ramon nos enseñó un camino directo a punto de encuentro, pasando por el polígono Riuclar, ne nos ahorro complicaciones.
En resumen, una salida larga (ya lo teníamos asumido), con 7,30 horas sobre la bici i un tiempo total de mas de 8 horas, pero entretenida, con buena compañía y buen almuerzo. Y además, los temores de Manolo de no tener suficiente batería, se disiparon pues aunque se llevó el extender, hubiera completado el recorrido solo con la batera básica.
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