Un domingo con algunas novedades remarcables. En primer lugar, después de la larga ausencia por la operación, finalmente contamos con Juan. Y en segundo lugar y de rebote, Monica ha tenido que pasarse a la "pulmonar".
Empezamos el día en el punto de encuentro habitual con un primer obstáculo: un desgraciado con un tractor con pala, ha volcado un montón de brasas, cristales y plásticos en llamas al final del camino de Vinyols, justo antes de la bajada a la riera. Y como hacía bastante viento, Jordi, Monica y Jaume no querían marcharse dejándolo así, o sea que llamaron a los bomberos. En resumen, que empezábamos a pedalear sobre las 9.
En cuanto a la ruta, una ruta de circunstancias, para ver que tal iba la nueva experiencia sin batería por una parte (Monica), y el dolor en la rodilla por la otra (Jaume). Y la verdad es que, a pesar de las bromas, tampoco fue tan mal, porque dio para subir a la ermita de la Roca y ampliar hasta casi Vilanova. Por cierto que Jaume y Tupe hicieron el Flow y me parece que este último no acabó demasiado convencido.
Con bastante frio y con ninguna idea de a donde ir (Pep y Oscar salían de Reus y me dijeron de parar a almorzar con ellos en Aleixar), empecé a vagar sin rumbo prefijado a ver si se me ocurría por donde tirar.
Tras vagabundear por la zona de Aigüesverds, Reus, Cinc Camins, acabé decidiéndome a ir hasta el bar y tomarme un cortado con ellos.
La vuelta, como era ya un poco tarde, directa por la riera abajo y en casa antes de las 12. A lo tonto, casi 50 km...
Hacia tiempo que no parábamos a almorzar en el bar, así que día especial. Antes de las 10 ya estábamos en el bar de Almoster para nuestro almuerzo semanal.
Tras el refrigerio, ascenso hasta el Bosc del Manolo y Mas del Borbó, con regreso por la boca de la Mina y Aigüesverds.
Recibimos de nuevo al Pep con una ruta que nos llevó hasta Argentera, donde paramos a tomar el desayuno. Por cierto que fuimos hasta una placita en la que, tras tantísimos años de pasar cerca, nunca habíamos estado.
Tras el almuerzo, decidimos subir hasta el castillo, o al menos hasta el parking de abajo y luego bajar por Vilanova. Y la verdad es que llegamos con tiempo y completamos la ascensión en el mismo recinto. Por cierto, que ya empieza a intuirse que viene el fresco (solo hay que ver que Pep ha desempolvado su chaqueta amarilla...)
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