Parece que ahora sí va en serio y que tendremos que quitar la ropa de invierno. Y es que, aunque por la mañana nos hemos ido librando de la lluvia (al menos en tres cuartas partes de la salida), ha habido momentos que incluso los guantes de entretiempo se han quedado cortos.
En cualquier caso, con sólo cuatro ciclistas por los pelos, porque Jaume ha salido gracias al Primperan, hemos completado una buena ruta subiendo hasta Les Irles y el Coll Negre. En la bajada hacia Duesaigües, la lluvia ha hecho acto de presencia y, pasado Riudecanyes, ya muy cerca de Montbrió hemos tenido el susto del día: llegando al camino asfaltado que llega al pueblo desde la riera de Riudecanyes, he visto que iba solo y en ese momento recibía una llamada de Jordi. No he podido cogerlo. He dado la vuelta y he comprobado que la demora era porque Mónica había caído en un banco de arena. Pasada la primera impresión, al final han sido sólo pequeños rasguños en la frente y un cristal de las gafas agrietado (y, claro, el susto)... Menos mal que, a pesar del mal momento, la cosa no ha sido grave . Y además, podrá decir que ya forma parte de uno de los dos grupos de ciclistas (los que han caído y los que volverán a caer...)
PD: per cierto, que ha sido "ámpliamente aplaudido" mi fantástico "helmet waterproof system"...
Con los últimos coletazos de otoño (casi verano), acometimos una ruta que hacia tiempo que no hacíamos. Mas para unos que para otros, porque si Manolo y yo hacia algo mas de un año, Pep hacia mas de dos que no subía.
Subida espectacular, como siempre, con un día bastante despejado que permitía unas vistas extraordinarias. Una parada en la ermita para tomar algo y hacer las fotos de rigor, y a desandar el camino (ahora de vertiginosa bajada). La Selva, Passamaner, aeropuerto y Vilaseca, donde despedimos a Pep. Buena salida.
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