Finalmente, sólo el núcleo duro, más Abel, se apuntó a la Festa de l'Oli con mayúsculas. Y es que a juzgar por las experiencias de años anteriores, la Fiesta de la Avellanera es, con mucha diferencia, la mejor de la temporada.
Y, como siempre, no defraudó. Hagamos un poco de historia antes: para no llegar tarde, quedamos en Cambrils un cuarto de hora antes y sobre las ocho, ya los cinco, arrancábamos dirección Vilafortuny, Vilaseca, aeropuerto y por el camino del Burgar hasta el lateral de la C14 hasta la rotonda de salida en la Selva. Y en este punto un susto porque, acostumbrado a ver siempre toda la carretera llena de coches aparcados, no vi ni uno y mi primerea impresión fue "calla, que me he equivocado de día!!!"... Afortunadamente no fue así, porque este año han dispuesto un amplio aparcamiento junto a la nave de la cooperativa... Un punto más a añadir a la excelencia de esta celebración.
En cuanto a la comida, que puedo añadir. Diciendo que ha sobrado longaniza, panceta, morcilla y pan tostado como para que comieran al menos dos personas más comprendereis la abundancia... Y todo esto por 5 euros.
Ya hartos como tocinos, vuelta por Almoster, Castellvell y Riudoms. Hay que decir que ha sido una buena elección el elegir esta ruta de regreso puesto que los que nos quedábamos en el campo, estábamos a las doce y cuarto y los de Cambrils estaban en casa a las doce y media. Nada mal por los más de 50 km que han salido.
Ya llevábamos así como mes y medio aplazando la salida con el almuerzo en el Casal de Maspujols y por fin se dieron las circunstancias. A las 8 en punto, en la fuente, iniciábamos ruta con un día de lo más agradable (parece que el otoño no quiere llegar o quizá San Martín esta en plenas facultades...)
El caso es que, tras una buena ruta para hacer hambre, sobre las 10 estábamos en el bar. Y que decepción: parece ser que justo antes de llegar nosotros, había entrado un grupo de 20 o 25 personas (mas otros de 7 u 8) que nos hicieron ver que no íbamos a almorzar...
Tras abandonar, un poco de ruta hasta la zona de Reus y, para no llegar a casa desmayados de hambre, una parada en el campo, donde nos brindaron un poco de panceta y morro a la brasa, un postre y un buen café. Menos mal que siempre nos quedará el campo...
Aunque en principio íbamos a ser tres (Jordi, Pep y yo), a las 7 se borró Pep. El pobre se levantó con la garganta hecha unos zorros y no quiso arriesgar...
Además, hubo una confusión que no retrasó un poco: habíamos quedado en Riudoms pero Jordi, con el asunto de la falta del Nen, se despistó y acabó en el Casalot... Cosas que pasan.
Una vez reunificados, y como Jordi tenia que estar en casa relativamente pronto, no dimos una vuelta no muy exigente por la zona de Riudecols, Riera de les Voltes y Les Borges, para llegar al Casal de Maspujols sobre las 10.
Buen almuerzo, como siempre y regreso por riera del Salt, Camí de Cupons y Reus, donde me despedí de Jordi para completar ruta por La Plana y Vilaseca.
De nuevo solos Jordi y yo para una ruta de las de "reglamento" con almuerzo de mochila en Les Irles, ascensión al Coll de la Teixeta i Colls del Vicari y descenso por el GR 7 hasta la Argentera y Duesaigües, en un día excelente para la práctica del ciclismo. Y, además, unas fotos extraordinarias.







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